Radio Un Cristo

Importunar en Oración por Paul Washer

Vayamos al Señor en oración. Padre, Vengo a Tí,en el nombre de tu Hijo, Jesus. Te alabo por
Tu presencia, por Tu bondad, por Tu sonrisa, favor, gracia abundante para el mayor de los
pecadores, misericordia, una buena porción de Tu Espíritu. Padre, Tú me conoces. Tu conoces
mis grandes limitaciones. Tú me has dicho que confie en Tí, Oh Dios. Señor, Te alabo y Te
amo. Te adoro, Oh Dios. Que toda lengua se cierre ,pero que Tu presencia sea con nosotros.
Tu presencia, real y duradera, dando vida, cambiando cualquier cosa que toca. Dios ayúdanos.
Y ayúdanos Señor de tal modo que los hombres sepan que hemos sido ayudados. En el
nombre de Jesús, Amen.
Siempre es muy difícil para mí venir a un lugar como este, Yo realmente no encajo.
Me siento más cómodo en el monte, en el campo misionero. Y no lo digo como un insulto. Me
siento más cómodo en realidad en grandes iglesias llenas con personas que se han reunido en
el nombre de Jesús pero que no lo conocen. Hoy estoy aquí,y bueno, El hermano Riddle ha
olvidado más, de lo que probablemente yo haya aprendido nunca. Alguno de ustedes están
más "ilustrados " que yo Ustedes saben más. ¿Qué les puedo decir?

LA ORACIÓN Por Juan Bunyan

Índice:
La Oración Por Juan Bunyan
Capítulo I : LO QUE ES LA ORACION 
Capítulo II : ORANDO CON EL ESPIRITU 
Capítulo III : ORANDO CON EL ESPIRITU Y CON ENTENDIMIENTO 
Capítulo IV : APLICACION 
  
LA ORACION es una ordenanza de Dios para uso tanto público como privado: más aun, es una ordenanza que pone a los que tienen el espíritu de súplica en estrecha relación con El; y es asimismo de efectos tan notables que alcanza de Dios grandes cosas, tanto para una persona que ora como para aquellos por quienes ora. Abre, por así decirlo, el corazón de Dios, y por medio de ella, el alma, aun estando vacía, se llena. Por la oración, el cristiano puede, también, abrir su corazón a Dios como lo haría con un amigo, y obtener de El un renovado testimonio de Su amistad. Muchas palabras podría emplear aquí para hacer distinción entre la oración pública y, privada; como también entre la del corazón y la de los labios. Asimismo podría decirse algo para establecer una diferencia entre los dones y las gracias en la oración; pero, dejando aparte este método, por esta vez he de ocuparme solamente en mostrarles el alma de la oración, sin la cual toda elevación de manos, de ojos, o de voces, carecería totalmente de propósito.

La soberanía de Dios y nuestras oraciones – R. C. Sproul

Mi primera clase en Free University de Ámsterdam echó por tierra mi autocomplacencia académica. Fue un shock cultural, una prueba de contrastes que comenzó en el momento en que el profesor, el Dr. G.C. Berkouwer entró en la sala. Cuando apareció por la puerta, todos los estudiantes se pararon firmes mientras subía los peldaños del estrado, abría su cuaderno de notas y en silencio, asentía para que los estudiantes se sentaran. Entonces, comenzaba a dar su clase y los estudiantes, en un silencio sagrado, escuchaban obedientemente y tomaban notas durante una hora. Nadie se atrevió nunca a interrumpir o distraer al profesor atreviéndose a levantar la mano. La sesión estaba dominada por una sola voz: la voz a la que todos prestábamos atención.

Pasos para la oración exitosa por John MacArthur

“Rogad, pues de esta manera: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras deudas, así como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal.” (Mateo 6:9-13)
Estudie las oraciones en las Escrituras ejemplares y no puede evitar darse cuenta de que todos ellas son breves y sencillas. La oración que es sincera, urgente y verdadera debe ser de ese estilo. La palabrería y la falta de contenido son insignias de la falta de sinceridad, sobre todo en la oración. La oración del publicano en Lucas 18:13 es tan corta y va al grano de lo posible: “Dios, sé propicio a mí, pecador!” Luego está la oración del ladrón en la cruz: “Jesús, acuérdate de mí cuando vengas en tu reino” (Lucas 23:42). Esas oraciones están cortadas por el mismo grito de Pedro en busca de ayuda cuando estaba caminando sobre el agua, a veces citadas como la más breve oración en la Biblia: “¡Señor, sálvame!” (Mateo 14:30).

Dedíquense a la oración por John Piper

Romanos 12:12
"... gozándoos en la esperanza, perseverando en el sufrimiento, dedicados a la oración...".
Mi meta simple, y humanamente imposible, para esta mañana en este mensaje, es que todos ustedes se dediquen a la oración en el año 2003. Esta es mi meta porque es lo que la Biblia nos pide hacer. Mi texto es Romanos 12:12 que es parte de una larga cadena de exhortaciones. Dice que debemos estar gozándonos en la esperanza, perseverando en el sufrimiento, dedicados (proskarterountes) a la oración.
Quizás otra versión diga: "constantes en la oración" o "perseveren en la oración". Todas son diferentes aspectos de la palabra. "Dedicados" es una buena traducción. La palabra es utilizada en Marcos 3:9 donde dice: "[Jesús] dijo a sus discípulos que le tuvieran lista (proskartere) una barca por causa de la multitud, para que no le oprimieran". Una barca fue separada, dedicada, con el propósito de distanciar a Jesús en caso de que la multitud se volviera amenazadora. "Dedicados", señalados para una tarea, destinados a ella.